Roland de Gilead persigue a Walter, el hombre de negro, a través de un mundo extraño y desolado.
Titulada también en ediciones antiguas en España La hierba del diablo (por ese afán por cambiar los títulos, y también españolizar los nombres (no hay que olvidar que a Roland lo llamaban Rolando)), esta primera entrega de la saga La Torre Oscura, El Pistolero, presenta al lector un mundo extraño y moribundo a través del cual Roland, el pistolero, persigue a un misterioso hombre de negro, Walter, su némesis.
A modo de advertencia debo señalar que a lo largo de los siguientes artículos trataré de hacer un repaso de toda la saga de La Torre Oscura, por lo que todo aquel que no la haya leído en su totalidad deberá saltarse la lectura si no quiere que le sean desvelados aspectos fundamentales de la trama.
Volviendo a la novela que nos ocupa, en un mundo que ‘se ha movido’, de aspecto similar al del Viejo Oeste pero con reminiscencias diversas que recuerdan al mundo real (muchas de ellas eliminadas en la revisión que el autor hizo en el año 2003), Roland persigue a Walter y busca la Torre Oscura sin que el lector conozca mucho de su pasado (salvo la infidelidad de su madre y algún que otro pequeño detalle) ni sepa tampoco qué es ese misterioso edificio sobre el que parece girar toda la trama.
Tras ser acompañado por un granjero y su cuervo, y tras perder a su montura, muerta de agotamiento, Roland (que le ha contado una historia de su pasado al hombre antes de despedirse, historia que acaba en muerte) llega a una estación de paso en la que se encuentra con Jake Chambers, un muchacho que apareció en el mundo de Roland tras morir en el suyo (que es el nuestro).
Demonios en sótanos, travesías por el desierto, cópulas con oráculos demoníacos y más flashbacks hacen avanzar la novela hasta el encuentro con Walter, en el que Roland sacrificará a Jake, que antes de desaparecer le dirá que existen otros mundos.
Walter lee el destino de Roland con una baraja de cartas, recalcando tres naipes y tres figuras fundamentales: El Prisionero, La Dama de las Sombras y La Muerte, tres personas a las que deberá invocar para que lo ayuden a completar su búsqueda.
Y tras dormir durante años, Roland despierta junto al esqueleto de Walter y continúa con su camino tras tener la visión de que la totalidad de su mundo no es más que una mísera célula en una brizna de hierba de color morado.
De este modo comienza una historia que se extenderá a lo largo de ocho novelas y un cómic, cargada de simbolismo, con referencias constantes al poema de Robert Browning, Childe Roland a la Torre Oscura llegó, así como a diversas obras literarias y cinematográficas conocidas por todos, sin olvidar las menciones a las propias novelas de Stephen King, que confluyen todas en el universo de esta saga.
Pero resulta necesario destacar ciertos aspectos antes de continuar con las demás novelas. En primer lugar, la novela que se edita ahora como primera entrega de la saga no es exactamente la misma que se publicó originariamente. Y esto se debe a que, además de algunos cambios mediante los que el autor pretende que el mundo de Roland sea más diferente del nuestro, en 2003 realizó ciertos ajustes para respetar la continuidad de la historia, que en posteriores novelas quedaría rota si no se hacían algunos cambios. Este hecho desvela una falta de previsión o quizás que King no sabía muy bien cómo continuar la historia cuando el primer tomo llegó a las estanterías de las librerías. Dichos cambios se efectuaron también en las siguientes entregas. Además, en dicha revisión, la novela contó con el subtítulo de Reanudación.
Por otro lado, y aunque no es el caso de El Pistolero, a lo largo de la saga muchas novelas son demasiado extensas para lo poco que hacen avanzar la trama (por ejemplo, La Llegada de los Tres se podría haber resumido en menos de la tercera parte de lo que abarca y Mago y Cristal, a pesar de ser muy interesante, deja a los personajes prácticamente en el mismo punto que al final de Las Tierras Baldías).
Calificada por muchos como la obra maestra de Stephen King (personalmente prefiero Apocalipsis, cuyo título original es The Stand), lo que sí está claro es que La Torre Oscura es sin duda una de las historias más interesantes de este escritor, alejada del típico género de terror al que nos tiene acostumbrados y ambientada en un extraño mundo apocalíptico de fantasía.
